Lo que rápidamente detecto es la circulación del tráfico y cómo debemos de cruzar las personas por la carretera. Aquí lo que debes de aprender es que tú debes de dejar pasar a los coches y no al revés. Puedes quedarte parado frente a la acera durante 20 minutos y ningún coche se parará. A parte, no suelen frenar hasta que no les queda más remedio… puedes ver cómo van a colisionar dos coches que hasta el último momento no ves o que algún vehículo maniobra para esquivarse o frenan (y a veces es lo mismo en los pasos de cebra con las personas). Aquí todo el mundo se da la mano para saludar si te acaba de conocer, hasta que no hay confianza no empieza eso de los besos, abrazos, etc. Y al igual que en España, el tema de besos va por género. Veo muchas persianas vienesas y me encantan. Aquí las latas y el vidrio se echan en el mismo contenedor. Creo que su italiano se entiende mucho mejor que en otras zonas… porque por Roma o escuchando a gente de Nápoles me costaba más. Comen pasta a diario y no le echan mucha cosa, con una salsa va listo. Incluso con un hilito de aceite (si quieres ahorrar esfuerzo y dinero o si estás mal del estómago). Eso sí, tienen queso para rayar en la pasta y puedes echarle lo que quieras. Los platos típicos de aquí son el pesto (pasta con salsa a base de albahaca), la farinata (una masa fina a base de harina de garbanzo) o la focaccia (una masa salada y aceitosa que sabe a churro que la cortan o en triángulo o a cuadrado). Para ojos foráneos los dos últimos alimentos son pan y lo venden en muchas panaderías o pizzerías. Para la presentación de cualquier cosa o por cualquier evento de tarde siempre, siempre, siempre hay aperitivo consistente en comida y bebida que te colocan en mesitas donde seguro que hay focaccia y si tienes suerte pasta recién hecha. Dicen que sino dan de comer no acude la gente. Hablando de comida, aquí las comidas fuertes son el desayuno y sobretodo la cena. La comida del medio día se hace entre las 12:30 y la 13:30 y la cena entre las 19:30 y las 20:30 más o menos. El horario de trabajo suele ser muy a la europea en el que hay un breve descanso para comer. Pero todo esto depende siempre de donde trabajes y de tu jornada. Hay mucha población migrante en la provincia, sobretodo gente de África. No es sorprendente que haya mucho racismo, aunque lo cierto es que me muevo entre buena gente y no lo percibo mucho entre la actitud de la gente. Si es fácil de percibir la exclusión, pobreza y el racismo institucional. Una cosa curiosa es que aquí, al menos en esta ciudad y provincia, las playas son mayoritariamente privadas. Debes de pagar para entrar, para coger una tumbona (que ocupan toda la playa), para la ducha, para usar sus instalaciones (que parecen ferias, tienes un montón de movidas para las criaturas y para divertirse), etc. Y las pocas playas libres suelen estar en los extremos y están menos cuidadas. Para andar por la playa debes de atravesar la marea de tumbonas separadas por vayas que delimitan los establecimientos de las playas privadas, y es muy común que para atravesarlos debas de meterte un poquito en el agua (y como la marea esté alta…). Negocios que están por todos lados: pizzerías, heladerías, panaderías y fruterías. Alimentos que no encontrarás o será muy difícil: tomate frito, paté, pipas, pimientos verdes, lechugas romanas (las habituales aquí están más buenas y son más frescas, tanto que literalmente empapan). Alimentos que no encuentro en España de forma habitual: pasta fresca, leche fresca, parmesano para rayar, yogures tamaño gigante, pizzas hechas en las panaderías… Hay mucha afición por aquí a los alimentos de cercanía, km 0, bio, orgánico y a que la gente que pueda tenga su propio huerto. Suelen haber muchos puestos callejeros de venta directa y tiendas de venta directa.
No se me ocurren más cosas ahora mismo. ¡Hasta la próxima amigas!
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